martes, octubre 24, 2006

Oiga, Doctor

Bueno, pues acabo de llegar de que me hagan una gastroscopia y… no se la recomiendo ni a mi peor enemigo… ¡qué mal trago!... nunca mejor dicho.

Menos mal que solo fueron dos minutos, porque no aguantaba más, con ese tubarro por la boca, hurgando en el estómago, y la enfermera diciendo “tranquilo, relájate y respira”. Claro como ella puede respirar... Qué agobio, oiga.

Y cómo molan los hospitales. Es cómo ver una serie de esas, llámense Urgencias, Anatomía de Grey, Scrubs, House, Hospital General, Hospital Central, Hospitalet...
Y si te acercas a unos médicos, puedes oir sus conversaciones, clavadas a las que se ven en la tele. Yo me acerqué a un grupo y pude constatarlo:

"... entonces echas los cangrejos a la paella y..."

: P

2 Comments:

Blogger Ricardito ëmore said...

Y claro, empiezas a babear de lo lindo; aunque no se si es por los cangrejos en la paella o porque te ponen la ferula esa bucal para que no puedas cerrar la boca y sigan con la caña de pesca esa que utilizan. Seguro que el inventor de la gastroscopia era aficionado a la pesca, mandale con el ruidito de marras cuando recoge "sedal" :D

4:36 a. m.  
Blogger Erni said...

Ja, ja, ja...

Si, la verdad que lo de babear, fue espectacular. Hasta la enfermera se quedó flipada "¡qué de salivación!".
¿Si?, pensé yo, ponme un chuletón delante, y verás... agggagagagagggaggg....

9:43 a. m.  

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