jueves, octubre 05, 2006

El delicado sonido del trueno

En el principio no había nada.

No había luz, no había sonido. Nada.

Pero Ellos decidieron que era el momento. Una luz verde atravesó la oscuridad y ese fue el inicio. Era una verde intenso, en un haz uniforme de luz, que recorría la oscuridad con movimientos caóticos.

Un sonido de viento agudo surge dónde la luz incidió, y los ecos de las voces de los elegidos se elevan y gritan.

Un sonido bajo, uniforme y armónico llena el vacio, con su constante vibrar.

Dum, dum, dum, dum...

Dum, dudum, dudum, dudum, dudum...

Otro sonido se cruza con este, es más agudo y limpio, llena el espacio, y su belleza inconstante desvaneciendose y volviendo a surgir explota en oleadas de sonidos metálicos.

Entonces, surge otro ente más, impactos de sonido, cortos, rápidos e inesperados, como tracas finales de fuegos de artificio.

Así que ahi estamos... el dudum, dudum... el sonido metálico expresando su fuerza y lástimero lamento, y la traca de impactos, surgiendo furtivamente y desapareciendo rápidamente.

Y de repente... todo vuelve a silenciarse.

Una nube suena, como un ruido blanco... timidamente.

Y el silencio empieza a distorsionarse... se distorsiona tanto, que se da la vuelta, se retuerce, gime y grita de dolor, se encoge y se aleja hasta un rincón, sollozando y asustado ante el ente que le maltrata y que se encuentra de pie ante él, mirándole furioso, y diciendole:

Uno de estos días... te voy a cortar en cachitos pequeños...

¡Y estalla el caos!

El caos ordenado y armónico de sonidos, bailando entre ellos, desatados, sin opresión, sin ligaduras.

El dudum grita de gozo, y baila feliz.

El sonido metálico, canta y gira sobre si mismo... gira, gira... y baila feliz.

Y la traca de impactos, se desata, ya no es furtiva, si no que va de cara, llenando de color y sangre a sus compañeros... y baila feliz.


Déjame decirte una cosa
Todo esto que has leído
No es nada comparado con el sonido
De algo llamado, Fluído Rosa.